Artista versus restaurador: El Ecce Homo de Borja

La restauración del Ecce Homo del Campo de Borja  no deja de generar polémica, pero parece que  la principal, es la naturaleza del repinte con el que la artista Cecilia Giménez pensaba realizar la «restauración artística».

Para poder intervenir una obra de arte, sea cual sea su relevancia, es imprescindible tener en cuenta los criterios de intervención y deontologia de la profesión que ampara la Ley del Patrimonio Cultural para ello y tener la formación adecuada.

Según dichos criterios, el objetivo de cualquier intervención es devolver la función a la obra, conservando  y respetando los materiales originales, reintegrando aquellas partes faltantes sin superponerse al original.  De modo que debe renunciarse a modificar el original en propio beneficio. Los materiales utilizados deben ser reversibles, estables y compatibles con el original.

Para que todo ello sea posible es necesario realizar un estudio previo de la obra, un diagnóstico y toda la documentación  necesaria para testificar el estado de la obra y las actuaciones del profesional.

Es por todo ello, que la restauración no tiene nada de artístico ni de creativo, más bien al contrario, es una profesión científica aplicada al arte.

El desconocimiento de esta profesión y el intento bienintencionado del párroco, llevaron a contratar a una artista en lugar de una persona con la formación adecuada. Así mismo, la señora Cecilia, con toda su técnica artística y buena fe, también desconocia el daño que el repintado podría ocasionar sobre el original.

Desde la Escuela deseamos que este hecho ponga en evidencia un problema social, ético y cultural que es la relevancia de la formación de las personas que intervienen sobre el patrimonio y revalorizar nuestra profesión como parte imprescindible, tanto directiva como ejecutiva en la conservación de nuestro patrimonio.

 

Mónica Mora Triviño

Diplomada en Conservación y Restauración

Coordinadora de estudios. ECORE

 

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