![\"\"](\"http:\/\/www.escueladerestauracion.es\/wp-content\/uploads\/3319874399_0c7ced93a7.jpg\" "\\"3319874399_0c7ced93a7\\"")
<\/a><\/p>\nPara encontrar el origen del dorado nos tenemos que remontar a las civilizaciones sumerias y egipcia, quienes descubrieron su ductibilidad y ya lo utilizaron para el revestimiento tanto de objetos como de mobiliario, gracias a transformarlo en fin\u00edsimas l\u00e1minas. La t\u00e9cnica utilizada por los egipcios para hacer el dorado al agua es la misma que en la actualidad. Los bizantinos en su iconograf\u00eda cristiana recuperaron la tradici\u00f3n del dorado aplic\u00e1ndola en sus iconos, y de all\u00ed pas\u00f3 a occidente donde su uso se generaliz\u00f3, por un lado como arte decorativo de objetos lit\u00fargicos o de fines sagrados promovidos por la iglesia cat\u00f3lica, como frontales, tablas, retablos, etc,. Su uso es continuo a lo largo de los siglos dentro de la imaginer\u00eda religiosa<\/p>\n
A partir del G\u00f3tico su uso se extendi\u00f3 y pas\u00f3 al \u00e1mbito de la ebanister\u00eda, para el embellecimiento de muebles. Este tipo de decoraci\u00f3n en el mueble se extendi\u00f3 a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII, siendo en la \u00e9poca barroca y rococ\u00f3 cuando tiene m\u00e1s auge. Decayendo su uso en los siglos XIX y XX, aunque nunca se ha dejado de utilizar.<\/p>\n